Capítulo 505 Vigílala
—¡Eh! ¿No quieres intentarlo? —le gritó Jesica, pero él pulsó el botón del ascensor y entró.
Desapareció de su vista y ella volvió a la mesa. En la mesa había un tazón de deliciosa pasta y, para su sorpresa, ¡estaban adornados con cilantro, su favorito! Tomó los cubiertos y se sentó. Era extraño que él supiera que a ella le gustaba el cilantro. Y no llevaba cebolla verde. Este pequeño detalle le hizo sentir que Máximo era muy confiable.
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