Capítulo 473 ¡No lo harás no, no!
Al anochecer. Mientras Jenifer se sentaba sola en la silla del comedor, frente a la comida con cuidado preparada por el chef en Bahía Roja, se dio cuenta de que no tenía apetito en absoluto. Incluso el jugo que solía disfrutar beber tenía un sabor insípido.
Toda la villa se sentía vacía de una forma muy inusual.
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