Capítulo 89 No quiero que me beses

Parecía tan lejano aquel evento en la casa de sus padres que Xander ahora veía las cosas de una manera más objetiva y crítica. Si bien la situación con Hanna no fue la mejor, por no mencionar la conversación con Noah, Xander se encontraba casi en paz consigo mismo. Casi. No podía sacarse de la mente la confesión de Hanna, no podía olvidarse de aquellas palabras lastimeras, aquellas con las cuales Hanna confesó que se había enamorado de él. Lo cierto es que Xander estaba agradecido de cómo se desarrollaron los sucesos. De hecho, fue Oliver quien lo salvó esa noche. Fue Oliver quien lo ayudó con Hanna y fue Oliver quien se hizo cargo del desastre que siguió después. Su hermano mayor fue el héroe, enfrentándose a su padre y al hermano de Hanna. Oliver, con su tan agraciada paciencia, explicó a su padre y a Noah que Hanna había bebido de más y que había sido mejor llevarla a un sitio privado para que descansara, lejos de los ojos críticos de las personas de la “alta sociedad”. De eso ya había pasado más de dos semanas y ahora Xander podía analizar las cosas con la mente en frío.