Capítulo 14 Muy paciente
No podía quejarse, realmente no. Había estado cumpliendo con su trabajo al pie de la letra y, aunque mucho no le gustaba reconocer, durante la semana había aprendido a utilizar correctamente las herramientas de jardinería. No era un gran progreso, porque sabía que le faltaba mucho por aprender, pero Xander no era de los tipos que se rendían fácilmente. Lo malo, sin embargo, era el hecho de que no había podido ver a la señorita de la casa (si es que podía referirse como tal a la protagonista de los rumores indignos que corrían por la ciudad); era lamentable, ya que las ansias por comprobar qué tan ciertos eran los dichos que andaban pululando de boca en boca sobre Hanna le estaba carcomiendo cada un poco más.
Cuando concluyó con su trabajo, se dirigió a la cocina y Rosie, tan amable, le dio el almuerzo para llevar. Después de un rápido intercambio de palabras, agradeció por las atenciones y Xander, con su mejor máscara de chico humilde, le pidió disculpas por sus descuidos con algunas plantas que había podado “sin querer”. Como era de esperar, Rosie fue muy maternal y le dijo que no se preocupase por pequeñeces. Se despidió de ella, prometiéndole leer los libros sobre el cuidado de jardín y diciéndole que la próxima semana vendría más “preparado” para trabajar.
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