Capítulo 41 Infames mentiras
Xander no sabía qué hacer o qué pensar, pero allí mismo decidió, contra cualquier atisbo de racionalidad, vestir sus típicas ropas andrajosas y calzarse sus zapatillas gastadas por tanto uso y lavado. Guiado por algún loco impulso, caminó hasta la casa de Hanna. La charla que había tenido con Jade y Rick aún pululaba por su mente y, ciertamente, era lo que lo motivó para hacer lo que estaba haciendo ahora. Tal vez era una completa locura porque sabía que su repentina osadía traería consecuencia, pero no le importó. Lo que sea que sea que lo había llevado a estar ahí, bueno…
No era un sentimiento de indignación, era otra cosa. Era una mezcla de dolor y humillación lo que se retorcía dentro de sí que lo carmía lentamente mientras yacía delante del portón de rejas negras. ¿En qué momento había llegado allí? ¿Por qué parecía que ya nada tenía sentido para él? ¿Por qué había venido en realidad? Pero Xander no tenía idea de lo que estaba sintiendo, tampoco sabía qué era eso que lo había impulsado en primer lugar. No tenía idea de lo que esa sensación de ansiedad por ver y hablar con Hanna significaba. Y quería saberlo, quería averiguarlo… Quería respuestas.
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