Capítulo 23 Sutil y dulce
Trató de no pensar demasiado en lo que había hecho, pero su mente era una broza sin ton ni son. Algo no cuadraba, algo no estaba bien del todo y necesitaba urgentemente encontrar una respuesta precisa. Deambuló por las calles, sumido en sus tantos pensamientos que no encajaban con lo que había estado sintiendo. No había dormido casi nada, demasiadas cosas pululando por aquí y allá y, por la misma razón, decidió no perder tiempo y levantarse muy temprano y solo… caminar. El sol se asomaba por el horizonte, iluminando débilmente la ciudad. Sabía que tenía que ir a trabajar, pero ahora mismo requería distracción. Lo peor es que debía continuar con su tapadera de jardinero por este día y dudaba seriamente en poder conseguirlo sin delatarse.
Optó por dejar al margen su mayor preocupación, si es que podía decirse así, y siguió caminando por una zona de la ciudad que solo había estado una vez. Pronto divisó un taller mecánico y se dirigió hacia el sitio. Habló con el dueño del taller y le comentó sobre su Harley. El hombre le informó lo que costaría arreglarla y Xander no contaba con la suma de dinero para los repuestos. Recurrió a lo último que tenía pensado hacer y tomó la decisión de vender su vieja compañera de ruta. Le había costado tomar esa determinación, pero sabía muy bien que pagar el costo del arreglo no valía la pena cuando bien podía hacer una llamada telefónica, parlotear un poco y tener un coche último modelo. Pero Xander descartó inmediatamente aquella absurda idea porque sería doblegarse ante su estilo de vida y no le daría el gusto a su padre, aún no.
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