Capítulo 10 Eres demasiado buena

Hanna no estaba enojada, estaba alterada y nerviosa. La danza que bailaba de un lado al otro por living mientras miraba de vez en cuando por el enorme ventanal, la estaba sacando de quicio, por decir algo. La noche anterior había tenido una discusión con Rosie, cuando esta le dijo que le daría el empleo al hombre forastero que llegó a la casa. No, el tipo había entrado a su propiedad como si fuera dueño y señor, y eso fue lo que molestó más a Hanna. No sabía por qué, pero Hanna sintió que ese tipo tenía algo extraño que la hacía desconfiar más de la cuenta. Además, estaba convencida de que el hombre había enamorado a Rosie con esos ojos color verde bosque y quién sabe qué más, pero el asunto no era que el tipo tuviera una mirada hechizante, no; el asunto era que ahora ese hombre estaba de nuevo en su jardín, en su propiedad y eso era el colmo. Cuando vio a Rosie entrar a la sala de estar, Hanna la miró con recelo y negó con la cabeza.