Capítulo 29 Eres una delicia
Sus manos vagaban por la piel tibia, sus labios unidos a otros labios en un beso apasionado, sus caderas en un constante vaivén errático mientras su duro pene se deslizaba en aquella cavidad mojada y tórrida. El delgado cuerpo debajo del suyo se arqueó en un ángulo casi perfecto permitiendo llegar más profundo y rasguñar el placer del inevitable orgasmo.
—Oh, Santo Dios. Ah. Sigue así, querido... —gimió la mujer mientras él la follaba con ímpetu.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread