Capítulo 485 Puedo mantenerlos a ambos
Elvira sostuvo la bandeja y miró hacia atrás. Vio que tenía el cabello mojado y que se estaba envolviendo con una toalla. La toalla le cubría desde la cintura hasta las rodillas. La parte superior de su cuerpo estaba desnuda, y ella podía ver claramente sus musculosos abdominales. Tenía un aspecto sexy e intimidante, y ella se quedó boquiabierta. Casi se le cae la bandeja.
—Te lo pregunto a ti —le lanzó una mirada asesina, y preguntó—: ¿Quién car*jo te ha dejado entrar?
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