Capítulo 446 La persistente Alana
Adán no pudo ver dónde estaba Alana después de atravesar las puertas de hierro. Sin embargo, Alana pudo ver una enorme figura a través de la tenue luz de la puerta. Sabía que era Adán. Se abalanzó sobre él y le dijo:
—¡Señor Adán! Por favor, déjeme salir de aquí. Hay cucarachas, ratas y ciempiés. Tengo mucho miedo. Le ruego que me deje ir. Estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por usted. Sólo déjeme salir.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread