Capítulo 1914 ¿Quién lo dice?
La exigencia de Nortrom provocó una oleada de murmullos cuando todos los ojos del estadio se fijaron en él. Antes, la multitud se limitaba a burlarse y mofarse sin esperar que nadie, y menos Nortrom, fuera tan franco en su desprecio hacia los erudianos. Él miró a los peleadores de Erudia y soltó una carcajada de burla.
—Puedo matarlos a todos sin esfuerzo. Si no pueden enviar a nadie digno, háganos un favor y retírense de la competición. ¿Por qué complicar las cosas a todos?
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