—Te dije en el banquete familiar que soy el Guerrero Supremo —asintió Leandro.
—Ya estás otra vez. Tú y tus alardes. —Ella desestimó sus palabras y volteó los ojos. No se creyó su confesión y pensó que solo alardeaba.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread