Capítulo 97 Un hecho lamentable

Ni siquiera consideraban ofrecer resistencia. ¡Los rodeaban al menos cien mil soldados! Muchos estaban arrepentidos. ¿Por qué se les habría ocurrido unirse a la mafia? Al ver que el ejército avanzaba hacia ellos, Jorge Socarrás y los otros peces gordos se atemorizaron. Socarrás había perdido las perlas de sus manos. Los otros, como Buda Sonriente y Roberto, sentían cómo les subía la presión. De no tener en quien apoyarse, se habrían desmayado y caído al suelo. Los Trece Invencibles también estaban pálidos de horror. ¡Ni siquiera se atrevían a levantar la cabeza! José Gutiérrez estaba tan aterrorizado que casi escupía sangre. Los cañones les apuntaban directamente. Si los soldados daban un paso más, los cañones les tocarían la frente. ¡Era aterrador!