Capítulo 998 Un problema con la aguja de plata
Al enfrentarse a Qin Jun, el señor Chang estaba seguro de que no necesitaba hacer ningún juego de manos. Después de todo, el hombre continuó apostando por el leopardo y todo lo que tenía que hacer era asegurarse de que la combinación de dados del leopardo no apareciera. En teoría era muy sencillo, sin embargo, el señor Chang había fallado durante la ronda anterior. De manera deliberada, había tirado para obtener un «uno, dos, tres», pero en lugar de eso había sacado tres seises. Debió tratarse de brujería. Esta vez, el señor Chang tenía las manos bien puestas sobre la mesa. Aunque en ocasiones Qin Jun había jugueteado con la aguja, el señor Chang no había sentido nada, la mesa no se movía ni mostraba nada raro. Si Qin Jun había hecho trampa, su técnica debía ser de primera para que pasara desapercibida.
En esta ronda, muchos siguieron su ejemplo. Desde que Qin Jun había apostado al leopardo cuatro veces seguidas, había llamado la atención de muchos jugadores, algunos de los cuales estaban celosos de él. Para esta apuesta, muchos decidieron seguirlo con la esperanza de cobrar ellos mismos algunos cientos de miles. Esto hizo que el señor Chang se viera sometido a una presión extrema. Se obligó a si mismo a levantar el agitador de dados, eran tres dos. Esta vez todo el casino estalló en un revuelo.
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