Zhang Xin era terca como una mula. Todavía se negaba a creer lo que veía incluso con He Nianying justo frente a ella. Era escéptica porque solía verla en la televisión y se veía un poco diferente en persona. «¿Cómo conoció Chen Ke'er a una figura tan influyente? ¡No puedo creerlo!» He Nianying la miró con desdén y le dio la espalda. Se dio la vuelta para mirar a Chen Ke'er y sonrió.
—Usted debe ser la señora Chen. Hola, soy He Nianying. ¡Encantada de conocerla!
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