Capítulo 2020 Una paciente fugitiva
―¡Qué bien huele!
Qin Jun sonrió mientras agarraba el pie descalzo de Tong Yao. Si se tratara de una persona ordinaria, habría sido arrojado al suelo, pidiendo clemencia. Incluso alguien que hubiera practicado Kung Fu durante años no sería capaz de resistirlo. Sin embargo, Qin Jun no se inmutó. Se limitó a sujetar con fuerza el delicado y seductor pie de la mujer. Estaba cubierto de medias negras transparentes, que desprendían una fuerte sensación de sensualidad.
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