Capítulo 578 La casa se divide
Una expresión de vergüenza inundó el rostro de Cai Yan. Frunció el entrecejo y riñó a su hermano:
―Cai Qiang, cierra la boca. Eres joven, pero te quedas en casa sin hacer nada y dependes sólo de tu cuñado. ¿Cómo te atreves a ponerte codicioso con la comida? Si no quieres comer, entonces vete.
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