Qin Jun golpeó un árbol centenario, haciéndole un agujero. Incluso él mismo estaba secretamente asombrado. «¡Esta es la manifestación de la verdadera fuerza!».
Qin Jun respiró hondo y sintió que su fuerza se multiplicaba por más de diez. La sensación de fuerza sobrehumana era sencillamente estimulante.
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