Capítulo 12 Echado de la familia Zhu
Zhu Linlin regresó a la residencia Zhu con una sonrisa alegre. Después de todo, había ganado la subasta de todos los proyectos farmacéuticos del Grupo Xuanyuan por lo que era claro que su empresa iba a prosperar; sin embargo, todos los miembros de la familia Zhu la esperaban en casa y no parecían estar contentos, pues estaban reunidos como si estuvieran a punto de hacer una intervención, excepto por el abuelo Zhu Sandao quien aún estaba en el hospital.
Zhu Linlin entró y vio a todos la fulminaban con la mirada.
—¡Zhu Linlin! ¿Estás orgullosa de lo que hiciste? —Los ojos de Zhu Ming estaban muy abiertos y su cuello estaba rojo debido al enojo la invadía.
—¿Qué hice? —preguntó Zhu Linlin mientras fruncía el ceño.
—¿Qué has hecho? Te vieron en con Qin Jun en la ceremonia, ahora las tres familias más influyentes ordenaron al resto de las familias a cortar lazos con nosotros.
—Han anulado todos los contratos con el grupo Zhu, ¿estás consciente de todas de las pérdidas que eso significa?
—Zhu Linlin, eres una decepción, te advertimos en múltiples ocasiones que debías mantenerte alejada de él, pero no escuchaste. Ahora solo metiste en problemas a tu familia.
—¿Qué harás ahora? ¡Dinos!
Zhu Linlin frunció el ceño, no esperaba que las tres familias más influyentes descargaran su ira sobre la familia Zhu. La tía reaccionó iracunda después de ver a Qin Jun.
—Este tipejo Qin tuvo las agallas de atacar al joven amo de la familia Qi, ¡lo matarán! Zhu Linlin, si aún quieres formar parte de esta familia, ¡mantente alejada de él! De lo contrario, ¡nadie irá a recoger tu cuerpo cuando mueras!
Zhu Yong no estaba dispuesto a tolerar como su familia se había puesto de acuerdo para reprender a su hija, frunció el ceño
—¿Y ustedes qué hacen? Lo hecho, hecho está, ¿cuál es el punto de decir todo esto?
—Ustedes dos han traído tantas pérdidas a la familia, ¿y ahora no se nos permiten hablar? —resopló Zhu Ming con frialdad.
—Si las tres familias más influyentes insisten en hacerlo, no podamos hacer nada más que pensar en una solución para salvar la situación —dijo Zhu Yong.
—¿Salvar la situación? Es fácil decirlo para ti, pero ahora todo Donghai se niega a trabajar con nosotros. ¿Qué hay que salvar? —dijo Zhu Ming.
De repente, la familia Zhu se quedó en silencio. De hecho, durante los últimos años le había ido bastante bien a la familia Zhu; no obstante, la aparición de Qin Jun los había convertido en el enemigo público. ¡Qué mala suerte! Zhu Linlin no esperó que las cosas resultaran de esta manera.
—¿Entonces cuál es su plan, tío?
—He oído que has ganado la licitación por 4.900 millones porque el Grupo Zhu no estaba en la pugna y fue pura suerte que lograran asegurar esos proyectos —resopló Zhu Ming con frialdad—. Ahora sólo podemos trabajar con el Grupo Xuanyuan de los Meng y tu oportunidad de enmendar tu error es darnos los proyectos.
El rostro de Zhu Linlin se tornó sombrío. Su tío había dicho todo eso con el único fin de conseguir los proyectos del Grupo Xuanyuan. ¿Cómo puede esta persona ser tan descarada y decir algo así? Zhu Linlin ganó la licitación, pero, ¿qué tenía que ver con el Grupo Zhu? ¿«Por la suerte de la familia Zhu»? ¿No les daba vergüenza ser expulsados por los guardias? Los proyectos del Grupo Xuanyuan garantizarían el futuro de la empresa de Zhu Linlin y, por supuesto, ella simplemente no lo entregaría en bandeja de plata.
—Tío, ni siquiera lo intentes, no entregaré mis proyectos del Grupo Xuanyuan a nadie.
Zhu Ming se mostraba insatisfecho con su respuesta.
—Bien, muy bien por ambos. Si ese es el caso, ya no tenemos que jugar limpio, así que desde ahora representaré a la familia Zhu, ¡y por el presente expulso a Zhu Yong y Zhu Linlin de la familia!
—¿Qué?
La cara de Zhu Yong cambió.
—¿Quién te dio la autoridad para hacer eso?
—Umm, ¿quién eres tú para cuestionarme? Soy el mayor, así que legítimamente soy la figura paterna de la familia y como papá sigue enfermo, ahora mando yo y tengo todo el derecho a decidir sobre asuntos familiares como éste —dijo Zhu Ming—. ¡Si no entregas los proyectos del Grupo Xuanyuan, considérate expulsada de esta familia!
—Tú…
No esperaban que Zhu Ming fuera tan lejos como para amenazarlos con entregar los proyectos; la cara de Zhu Linlin palideció. «El abuelo no está y él está haciendo todo a su manera, ¡esto es demasiado!»
Qin Jun dejó escapar una fría carcajada.
—Linlin, ¿qué sentido tiene quedarse en una familia de este tipo? Si esto es lo que quieren, deberíamos irnos.
Antes de irse, Qin Jun se dio la vuelta y miró a la familia Zhu.
—Librarse de ellos es fácil, pero si un día desean que vuelvan, haré que todos se arrodillen y lo supliquen.
Zhu Ming resopló.
—¡Sigue soñando! Una vez que salgan por la puerta, ¡ni siquiera piensen en volver nunca más!
Qin Jun les dedicó una sonrisa desconcertante y salió de la residencia con el padre y la hija.
—Linlin, no te preocupes. Te rogarán que vuelvas en un par de días.
Zhu Linlin puso una sonrisa amarga. «¿Cómo podría ser fácil para alguien volver a la familia cuando ya fue expulsado? Por culpa de Qin Jun, la familia Zhu fue rechazada por los demás, e incluso cuando el abuelo regrese, no habrá nada que se pueda hacer. Jun debe estar haciendo todo lo posible para consolarme, eso es todo.»
La familia Zhu se había convertido en el enemigo principal de todo Donghai, y había perdido su prestigio y el hecho de que Zhu Ming los echara de la familia era también una forma de cortar los lazos con ellos, para que no se metieran en más problemas.
Zhu Linlin estaba consternada. Se esforzó por luchar por la familia Zhu e incluso en los negocios, siempre anteponía los intereses del Grupo Zhu ante los de su pequeña empresa. A pesar de todo, la echaron de la familia. Zhu Linlin se sintió abatida y perdida. Zhu Yong palmeó el hombro de Qin Jun y le dijo:
—Jun, no te preocupes, el tío Zhu está aquí. Puedo encargarme de algunos negocios, cuidar de ti y de Linlin.
Aunque todos estos dramas comenzaron con Qin Jun, Zhu Yong no lo culpó en absoluto e incluso lo trató como a su propio hijo, lo cual lo conmovió.
—Tío Zhu, permíteme encargarme de esto.
Zhu Yong y Zhu Linlin sonrieron vacilantes, pero no tomaron en serio sus palabras. La intención de Qin Jun es buena, pero temía que no fuera capaz de corregir las cosas.
…
Al regresar a la residencia Qin, vio las tres cadenas de perro que colgaban en el patio lo que le recordó algo, habían pasado tres días y la familia Tang no había venido aún a disculparse con la tía Feng. «Parece que no tomaron en serio mi advertencia.»
—Tía Feng, los Tang no han venido, ¿verdad? —preguntó Qin Jun.
La tía Feng asintió.
— Joven amo… ¿y si nos olvidamos del asunto?
Qin Jun quería que toda la familia Tang se arrodillara y pidiera disculpas a la tía Feng, pero nadie iba a aceptar esa clase de tonterías. Además, a ella no le importaban esas formalidades. Para ella, lo más importante era que el joven amo había regresado sano y salvo; sin embargo, Qin Jun no compartía sus pensamientos. Los Tang debían arrodillarse y pedirle disculpas. Ojo por ojo. La familia Tang trató y torturó a la tía Feng como a un perro, así que deberían probar una cucharada de su propia medicina y Qin Jun no lo dejaría pasar fácilmente.
—Tía Feng, vas a venir conmigo a casa de los Tang.
La tía Feng suspiró y obedeció.