Capítulo 358 Pidiendo piedad
Qin Jun revisó enseguida a Ye Wan'er y a Zheng Pinglong. Por fortuna, la mujer sólo tenía una aguja clavada bajo una uña y no había otros rastros de lesiones en ella. En cambio, el hombre estaba en mucho peor estado. Tenía las cuatro extremidades rotas y los diez dedos con agujas.
Zheng Pinglong tenía una sonrisa amarga en su rostro mientras decía con pesar:
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