Qin Jun pensó que tenía que idear una estrategia para escapar.
La gravedad de las heridas de Qin Jun iba en aumento, y su fuerza se estaba agotando a un ritmo alarmante. Apenas podía mantener su agarre en la espada que sostenía. Sabía que moriría en el momento en que perdiera el control de su espada.
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