Su Luoli lo miró con pánico, ¡el hombre se estaba desabrochando su cinturón! ¿Estaba por...? La última vez que discutieron, él había forzado su cuerpo contra el de ella y aún tenía ese miedo, pues el dolor había sido más insoportable que el de la primera vez que durmieron juntos; esa noche había sido una pesadilla. Su primera reacción fue tratar de escapar y correr lo más lejos posible, saltó y corrió hacia la puerta, pero Wen Qingmu logró tomarla con un solo brazo y la jaló de vuelta, empujándola a la cama.
—¿A dónde crees que vas? ¿Quieres irte con ese hombre, ¿verdad? ¡Pues no lo harás!
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