Li Qinqin estaba sentada en la cama de su habitación con la mente hecha un desastre. Siempre había creído que la cicatriz de Mu Ranzheng era porque se había lastimado grabando una película. Fue ahora cuando se enteró del accidente y que casi le costó su vida. No se quiso atrever a indagar más, para que Su Luoli no levantara sospechas y se puso a analizar la línea del tiempo en que pasaron las cosas. Entonces, confirmó que el accidente había pasado cuando ella apenas se había ido al Reino Unido y que fue por una llamada que recibió.
Aunque había muchas personas que pudieron haberle llamado, Li Qinqin tenía el presentimiento de que ella fue la que lo llamó. Sabía que no lo estaba sobre imaginando porque Mu Ranzheng le había mentido. En ese momento, abrieron la puerta y Mu Ranzheng entró. Li Qinqin corrió hacia él y se lanzó a sus brazos. Mu Ranzheng se asustó, pero en un instante, le sonrió y acarició su cabeza.
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