Capítulo 272 Y hay una mujer
Su Jianmo observaba el techo oscuro mientras estaba acostado en la cama. Siempre había sido la persona extra; antes, ahora, y en el futuro. A decir verdad, cuando Su Luoli le dijo que se mudara a Villa Arcoíris a él no le pareció apropiado. ¿Quién traía consigo a su hermano después de casarse? Wen Qingmu era una persona amable, de lo contrario, no habría manera de que él pudiera mudarse a un chalé como este. Toda su vida le había causado un sin fin de problemas a su hermana. Ahora ella estaba casada y tenía su propia familia; era hora de deshacerse del problema.
A veces se preguntaba si ella sentiría alivio si él estuviera muerto. Cuando estaba en el hospital, podía observar a los hijos e hijas de los pacientes ancianos y cuando ellos fallecían; podía ver su tristeza, pero también el alivio en ellos. Esto no significaba que fueran hijos malos, pues ellos tenían sus propias familias y sus propios hijos que criar. Una vez escuchó a una mujer que, durante dos años, había estado cuidando de su padre paralizado y ella dijo: «Espero que mi papá fallezca pronto para que ya no sufra más, y mi sufrimiento también acabe». Era lo mismo con él; moriría de su enfermedad cardiaca tarde o temprano. Había tantas cosas que no podía hacer. En lugar de prolongarlo, tal vez sería mejor que solo muriera y le ahorrara problemas a su hermana. Esa noche, Su Jianmo no pudo dormir. Al día siguiente era Año Nuevo, y el sonido de los petardos se podían escuchar desde afuera. Su Luoli se levantó temprano para cocinar los dumplings y los tres se sentaron a comer juntos. Su Luoli notó que los ojos de Su Jianmo estaban un poco hinchados y que tenía ojeras.
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