Todo estaba en silencio en la habitación, no se oía ni un solo ruido, a excepción de la débil respiración que provenía de la cama. Su Luoli abrió los ojos lentamente y sentía como si todo aquello hubiera sido un sueño, lo que tenía delante le resultaba extremadamente familiar; de pronto, tuvo una sensación de pánico y se sentó de golpe.
—Señora Wen, ¿ya despertó?
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