Capítulo 5 Mi esposo viene a casa
Su Luoli miraba los ojos azul claro de aquel hombre. ¡Estaban tan llenos de encanto! Y con solo verlos sabía que estaba en problemas.
—Aquí no podemos tener esta conversación, vamos a otro lugar. —Su Luoli estaba indefensa.
En una cafetería.
Silencio, silencio, y más silencio…
Su Luoli entrecerró los ojos al hombre que estaba sentado frente a ella mirándolo fijo. Por otro lado, Wen Qingmu disfrutaba de su café muy tranquilo. Hace unos momentos, en la biblioteca, él no podía esperar a saber porque Su Luoli quería tener un bebé, pero ahora estaba muy callado. Al parecer, él asumió que Su Luoli le contaría, después de todo, Wen Qingmu tenía su futuro entre sus manos.
—¿Qué problema tienes conmigo? ¡sPor qué me tratas así?! —terminó diciendo Su Luoli.
Wen Qingmu se burló y tomó un sorbo de café y colocó la taza de nuevo sobre la mesa sin prisa alguna.
—Solo es curiosidad.
Su Luoli no pudo evitar poner los ojos en blanco.
—Si te lo digo, ¿borrarás la foto?
—No hay problema.
Su Luoli suspiró en silencio antes de responder.
—Estoy casada.
Wen Qingmu no se sorprendió con su confesión. Por supuesto que él sabía que ella era casada, ¡pues él era su marido!
—Ah, ¿sí? ¿Y él no te satisface?
Sus mejillas se sonrojaron; Su Luoli bajo la mirada.
—Dormiste conmigo anoche... Ya sabes… Esa fue... Fue mi primera vez. En realidad mi marido y yo no...
—Entonces, ¿por qué quieres un bebé?
Su Luoli se detuvo a pensar.
—La adivina dijo que nuestra familia necesita de un niño para traer buena suerte y ahuyentar la mala suerte, así que debo quedar embarazada dentro de un año.
Wen Qingmu evaluaba los ojos cristalinos de Su Luoli. No importaba lo honesta que ella pareciera ser, él era un poco escéptico.
—¿Crees en esa superstición?
—Si lo crees, sucederá.
—¿Atraer la buena suerte y ahuyentar la mala? ¿Hay algo malo sucediendo en tu familia? ¿Alguien se está muriendo? — Tan pronto como Wen Qingmu dijo la palabra «morir», Su Luoli golpeó el tablero de la mesa. En su cara se notaba lo furiosa que estaba.
—¡Cállate!
Wen Qingmu miró a Su Luoli. Esta chica era suave y débil, pero ahora mismo, había llamas en sus ojos.
Su Luoli notó que su reacción fue algo extremista así que volteó su mirada al otro lado.
—Como sea. Es importante para mí tener un bebé dentro de un año.
—¿Y por qué no buscas a tu esposo?
—¿A mi esposo? —Su Luoli volvió a darle la cara y miró incrédula a Wen Qingmu—. ¡Ni siquiera sé si ese hombre calvo y viejo tenga virilidad!
—¿Calvo y viejo?
De manera inconsciente, Wen Qingmu tocó su cabeza, ¡él en definitiva no estaba calvo! ¡Tenía una cabeza poblada de cabello saludable! ¿Por qué diría eso? Así que recordó el día en el que registraron su matrimonio: él se había ido a jugar golf con Ye Bin y dejó todo a su secretario Yin Jin y a su mayordomo Wang Wei.
Wang Wei estaba en sus cincuentas y en definitiva estaba calvo.
Parece ser que ella lo confundió con él.
Su Luoli golpeó la mesa y Wen Qingmu volvió a prestarle atención.
—Si te dijera que no he visto a mi esposo en todo este año de casados, ¿me lo creerías?
Por supuesto que Wen Qingmu le creía. Si ella lo hubiera visto, no estarían ahí sentados hablando.
—¿Es eso posible?
Su Luoli sacudió la cabeza.
—Te estoy diciendo la verdad, nunca lo había visto antes, ni siquiera sé su nombre. Cuando nos casamos, solo llené mi información y firmé. Y cuando estaba a punto de leer el nombre de aquel hombre viejo, ese horrible secretario se llevó el certificado de matrimonio con él.
Wen Qingmu pensó: «Buen trabajo, Yin Jin».
—Ah.
—Luego me dejó en un chalé y no me ha contactado desde entonces.
—¿Y eso por qué? —preguntó Wen Qingmu conociendo toda la verdad.
Su Luoli se pellizcó la barbilla y pensó un poco.
—Supongo que podría ser porque es demasiado feo y no quiere que lo vea; o quizás es impotente y está avergonzado… O tal vez yo solo fui traída para atraer la buena suerte.
Wen Qingmu no se sentía bien escuchando eso, pero no pudo refutar. ¡Él tenía una cara increíble y estaba lleno de virilidad! ¿Cómo podía ser impotente?
—Tal vez haya otra razón —respondió riéndose a carcajadas.
—En verdad no tengo otra opción, por favor, solo déjame ir. —Su Luoli tomó la mano de Wen Qingmu y lo miró con ojos tristes y a punto de llorar. Esta habilidad era imprescindible para una actriz profesional como ella.
Su expresión lamentable hizo que el corazón de Wen Qingmu latiera un poco más lento por esta chica.
—Ya te lo he dicho. ¿Borrarás la foto? —Su Luoli le suplicó.
Wen Qingmu se aclaró la garganta:
—Puedo borrarla, pero tienes que estar de acuerdo con una cosa.
La expresión de Su Luoli cambió.
—¡No tientes tu suerte! Ya te he dicho lo que querías saber y dijiste que una vez que lo dijera la borrarías —Wen Qingmu agitó el teléfono en su mano.
—El poder está en mi mano. Y sé que no estás siendo honesta en tu totalidad, yo ya no estoy tan interesado.
Su Luoli se apretó los dientes. Este hombre fue tan desagradable de tratar.
—Bien, ¿cuál es la condición que tienes?
Wen Qingmu sonrió con maldad y respondió:
—Duerme conmigo otra vez.
—Eres un desvergonzado. —Al oír esto Su Luoli quiso darle una bofetada a su bonita cara.
—¿Que soy un desvergonzado? Tú eres una mujer casada en busca de un hombre con el cual dormir. ¿No eres tú la desvergonzada? Yo no estoy casado, ¿por qué no puedo buscar mujeres?
—Tú... —Su Luoli estaba tan indignada que podría reventar. Se arrepentía tanto de su decisión. Se decía que las mujeres bonitas no eran de fiar, y bueno, este hombre de buen aspecto tampoco era confiable.
—Ya engañaste a tu esposo una vez, puedes hacerlo de nuevo. —Entrecerró sus ojos hacia ella; le interesaba saber si podría engañarlo de nuevo.
—¡No! Tengo mis principios. Y no tuve otra opción más que dormir contigo, ¡necesito un bebé!
—¿Cuál es la diferencia? Y, ¿qué tal si no estás embarazada? Hay que asegurarnos esta noche —dijo Wen Qingmu al tiempo que le guiñó un ojo.
Su Luoli se mordió el labio inferior.
En realidad ella no querría hacerlo de nuevo, su conciencia se la estaba comiendo.
—Piénsalo, estaré esperando. —Wen Qingmu se recostó un poco en el sofá y tomó de nuevo su café. El tiempo pasó, y la lucha interna de Su Luoli continuaba; si él no eliminaba las fotos, su vida entera estaría arruinada una vez que salieran a la luz.
No importaría tanto si ella fuese una persona normal, pero quería ser actriz, y esas fotos podrían destruir su reputación. Sin embargo, si dormía con Wen Qingmu otra vez, se quedaría en su conciencia para siempre. Después de todo, ella necesitaba ese bebé para…
—Yo…
Su Luoli estaba a punto de responder, cuando de repente su teléfono sonó con urgencia.
—Permíteme atender esta llamada primero —Su Luoli contestó el celular—. Hola, ¿qué acabas de decir? ¡¿Mi esposo vendrá a casa?!