Después del almuerzo, Xing Zhaoyang durmió a su hija mientras que Su Luoli y Meng Jiajia lavaban los trastes, las dos se llevaron muy bien y Meng Jiajia no trató a Su Luoli como una extraña; mientras colocaba los platos de nuevo en la alacena se dio cuenta de que tenían varios utensilios para repostería.
—Jiajia, ¿también te gusta hornear?
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