Murong Yi se sentó frente a Su Luoli. Había quedado de verse con alguien en este café y por casualidad se topó con este rostro familiar. Su Luoli llevaba la chaqueta color negro de hombre sobre sus hombros; su cabello estaba sin vida, su rostro y sus labios pálidos por el frío. Estaba empapada de pies a cabeza y dejaba charcos detrás de ella cuando caminaba. Desaliñada no era suficiente para describirla; además no tenía ningún asistente con ella.
—¿Acaso la vida es tan mala después de que me dejaste? —La sonrisa de Murong Yi estaba regodeándose en ella. Su Luoli desvió la mirada.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread