«Afirma que le duele el estómago después de beber unos cuantos vasos de alcohol. ¿A quién quiere engañar? No sé cómo esa z*rra ha conseguido engañar o hipnotizar a mi madre, pero mi madre parece estar siempre de su lado», pensó Kathleen.
Tessa se limitó a fingir que no se daba cuenta de las miradas de Kathleen mientras se daba la vuelta para ayudar a sus otros miembros. Kathleen fue muy obediente durante el resto del día, quizá porque su madre la había sermoneado. Cuando salieron del trabajo por la tarde, la voz de Kathleen sonó en el oído de Tessa mientras ésta recogía para irse.
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