Tessa se rió ante las desvergonzadas palabras de Eunice. Entendía a la perfección lo que pensaba Eunice, por lo que estaba disgustada.
—Nunca he visto a una rompehogares tan desvergonzada. Hay muchos hombres en este mundo, y tú tenías que codiciar a mi marido —regañó Tessa a Eunice con enfado.
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