Mientras Nicholas se quitaba el abrigo y se remangaba sin preocupaciones, sus manos se detuvieron por un momento al oír a Tessa darle las gracias:
—¿Cuántas veces quieres darme las gracias? ¿De verdad vas a dar las gracias y no vas a hacer nada más? Al menos deberías hacer algo para recompensarme —dijo. La miró con el ceño fruncido.
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