Como resultado, a lo largo de los años todo el mundo la tenía en alta estima, lo que la llevó a creer que todo el mundo tenía que complacerla dondequiera que fuera. Cuando Tessa entró, presenció por casualidad cómo los demás piropeaban a Elisa. Eso la hizo fruncir un poco el ceño, pero no le sorprendió. Al fin y al cabo, era algo habitual en la sociedad.
Tessa no conocía a todos los presentes. Por eso no saludó a nadie y se dirigió directo a su tocador. Quedaba poco tiempo para que empezara la actuación y necesitaba maquillarse con rapidez. Por desgracia para Tessa, Elisa se fijó en ella en ese momento.
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