—Es una idea bastante buena. Cuando nazca el bebé, le pediremos a Nicholas que nos lo confíe y le ayudaremos a criarlo. Para entonces, tú también podrás cuidar del bebé conmigo, ya que dejarás de trabajar y te quedarás en casa. —Su última frase iba dirigida a Tobías.
Poco después, los dos empezaron a imaginar la escena en la que estarían jugando y pasándoselo bien con su nieto en casa en el futuro. «No cabe duda de que sus compañeros nos van a envidiar», pensó. Kieran no pudo evitar desanimar a sus padres diciendo:
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