Cuando Nicholas escuchó las palabras de Gregory, bajó la vista y fijó su mirada en su hijo. Al encontrarse con los ojos del niño que se iluminaban, comprendió al instante que su hijo intentaba sacarlo de la difícil situación.
—Gregory tiene razón. Ya que eres nuestra invitada, no debes preocuparte por cuidar a mi hijo. —Rechazó a Wanda de forma eufemística al exponer adrede las diferencias entre sus posiciones en el banquete.
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