Henry no pudo evitar decir esas palabras con enfado.
—No me importa lo que digas. Es cierto que hay un problema con el software. Con respecto a este asunto, ustedes no pueden negar el hecho. Es inútil que ustedes hagan más escándalo al respecto. De hecho, recibí dinero y les hice un favor. Si seguimos discutiendo por esto, quién sabe lo que expondrá mi jefe cuando se moleste. Para entonces, serán ustedes los que se molesten. —El hombre fuerte se encogió de hombros con indiferencia.
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