Aunque Tessa sólo llevaba una simple camiseta blanca y un par de pantalones vaqueros de color azul claro, a los ojos del público estaba bastante arreglada. Su sencillo atuendo resultaba aún más imponente que los magníficos trajes de escena, haciendo que los ojos de los presentes se iluminaran.
Tessa respiró hondo unas cuantas veces antes de ponerse el violín al hombro. Una a una, las notas musicales cobraron vida y bailaron acompañándola. Era como si tuvieran alma propia. Pronto llegó el melodioso sonido del violín.
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