Por la tarde, Tessa dio lecciones a Gregory como de costumbre. Pararon luego de dos periodos y dejó que el niño tuviera tiempo para digerir la lección. La música no era algo que se pudiera aprender de la noche a la mañana, y se necesitaba una base estable para prosperar en el futuro. Los dos salieron del estudio, y se dirigieron al salón para descansar.
Mientras tanto, Andrew sirvió unos deliciosos postres. Gregory se comió dos trozos y luego le dio a Tessa otros dos. El ambiente entre ellos era cálido y amistoso. Después, el chico agarró sus útiles de dibujo y se puso a dibujar en la mesa de centro. Tessa quiso unirse a él, pero su teléfono sonó en ese momento. Nada más contestar, escuchó una voz humilde y cortés:
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread