El empleado no tenía intención de facilitar más información. Esto llevó a Leah a creer que había contado mal. Además, la persona que tenía la última habitación privada era sin duda menos famosa que ella, pero le había quitado el camerino con engaño mediante una artimaña.
Sin embargo, Tessa no era consciente de ello. Estaba sentada en su silla frente al tocador mientras su equipo la maquillaba. De repente, su teléfono empezó a sonar a su lado, y bajó la vista para ver un mensaje de Nicholas.
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