—Ya la conozco. Gracias por ser tan considerada, señorita Sofía. —Tessa sonrió mientras sujetaba su teléfono y daba las gracias a su profesora. Sofía soltó un suspiro de alivio tras escuchar las palabras de Tessa—. Me alegro de que no me culpes por tomar decisiones en tu nombre —explicó Sofía.
—¿Por qué iba a culparte de algo? Sólo estabas siendo considerada. —Tessa era una persona agradecida, y siguió expresando su gratitud hacia Sofía.
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