—Tienes razón. No tenemos obligación de castigarnos por los errores de los demás. Ya está. No llores. Me duele el corazón cuando te veo así —dijo Nicholas mientras consolaba a Tessa con paciencia
Tessa también pensó que Nicholas tenía razón. No debía castigarse por el error de otra persona. En lugar de eso, debería vivir su vida en su plenitud y no dejarse afectar por este incidente.
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