Cuando Tessa terminó de repasar sus apuntes, Gregory también terminó sus deberes. Más tarde, ella se había propuesto llevar al niño a asearse y descansar. Sin embargo, él no tenía sueño. En lugar de eso, tiró de su mano y le dijo que quería hablar con el bebé. .
Claro, Tessa no podía negarse. Al cabo de un rato, los inocentes comentarios de Gregory resonaron por toda la sala. Compartió su vida cotidiana con el bebé con la esperanza de que éste se familiarizara con él.
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