«No me extraña que anoche viniera a preguntarme específicamente qué me iba a poner hoy. Creía que esta joven no era más que una vanidosa. Nunca me hubiera imaginado que estuviera recabando información», pensó Cintia mientras le dedicaba una media sonrisa a Luna.
—¡Ah! ¡Démonos prisa en salir por la puerta! —Luna desvió la mirada muy conscientemente y exclamó en voz alta.
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