Capítulo 229 Falta de vigilancia
Apenas se le pasó la idea por la cabeza, Cintia vio, con los ojos muy abiertos, cómo Camilo se bebía su copa de vino. «¡Idiota!». Sintió una oleada de ira. Jamás habría imaginado que Camilo se mostraría tan desprevenido con Lucía, ¡llegando incluso a beberse directamente la copa de vino que ella le ofrecía!
—¿De verdad estás bien? No tienes buen aspecto —preguntó Luis con tono de preocupación.
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