Capítulo 39 Regalos del cielo
Al escuchar las palabras «señorita Solano», Camilo giró instintivamente la mirada hacia las dos empleadas. Ellas también parecían haber notado su presencia, pues lo saludaron con un gesto de cabeza antes de retirarse silenciosamente a un rincón. Cuando el ascensor llegó al octavo piso, salieron tan rápido como pudieron mientras Camilo apartaba la mirada con indiferencia.
Francisca esperó hasta estar segura de que Camilo se había marchado antes de contactar a Marcos.
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