Efectivamente, a Camilo se le cayó la cara de vergüenza enseguida. Solo contuvo las ganas de darle una paliza a Andrés porque estaban en el Grupo Solano y no quería causarle problemas a Cintia.
—Parece que a la familia Carrón no le quedan sucesores dignos. Haré que Solomon te dé una buena lección —dijo con voz fría.
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