Capítulo 89 Su destino está sellado
Desde el exterior de la ventana unidireccional de la sala de interrogatorios, Guillermo Quevedo, el encargado del caso, le explicó la situación a Cintia con voz profunda:
—Después de detener a la sospechosa, su estado mental continuó siendo inestable. No solo se rehusó a colaborar durante el interrogatorio, sino que además no paraba de murmurar su nombre y el del señor Zorrilla...
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