Capítulo 754 Juguemos a un juego
Aunque Abel pensó que el hombre se parecía a su primo Adán en algunos aspectos, algo no encajaba del todo. Aquel hombre estaba cubierto por una sábana que ocultaba por completo su figura. Sus labios estaban alisados bajo la tela negra, mientras que Adán tenía bigote. Este hombre no se parecía a él.
Abel empuñó la pistola y rugió:
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