Capítulo 733 Un secreto que no tiene precio
Abel estaba agotado. Llevaba ocho días sin dormir. Por lo tanto, regresó a El Precipicio.
Kendra dudó en preguntarle a Abel cuando lo vio indispuesto, pero le preocupaba que el secreto de Heriberto pudiera serle útil. Sirvió a Abel un vaso de agua y lo colocó en la mesita ante él.
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