Emma frunció el ceño y reflexionó:
—En mi opinión, no es en absoluto misterioso. Creo que Dios tan solo no pudo soportar ver cómo me maltrataban y me tendió una mano de ayuda.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread