Emma encendió el cigarrillo de Abel tras un sonoro chasquido. Así que no tuvo más remedio que permitir que todo sucediera. Lo único era que el cigarrillo de Emma estaba apagado.
—¿Qué hacemos con el auto? —preguntó Lucas. Volvió su atención a Emma y dijo—: Tienes que ser responsable de este lío.
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